La defensa de Paysandú
1 de mayo de 2023
Vamos a conocer un hecho histórico que tuvo lugar durante la guerra civil uruguaya ¿Te imaginas a dos partidos políticos enfrentándose por el poder? Pues así fue, los blancos y los colorados lucharon por el control del país.
Los blancos, liderados por el Partido Nacional, eran principalmente conservadores y representaban a la población rural y terrateniente. Mientras que los colorados, encabezados por el general Venancio Flores, eran más liberales y contaban con el apoyo de la clase media urbana y de los comerciantes.
Pero ¿qué querían cada uno de estos partidos? Los blancos eran el partido gobernante del Uruguay, su intención era mantenerse en el poder y contaban con el apoyo del Paraguay. Los colorados, por su parte, querían apoderarse del país e instaurar a Flores como su nuevo presidente. Para lograrlo, contaban con el apoyo del Imperio del Brasil y de las fuerzas argentinas de Bartolomé Mitre, aunque estos últimos se declaraban supuestamente imparciales.
En medio de este conflicto se dio la intervención brasileña, que inició la invasión al Uruguay para apoyar a las fuerzas del general Flores. La primera gran batalla tuvo lugar en Paysandú y fue un momento clave en la guerra civil.
La batalla de Paysandú
Sobre el río Uruguay se libró una importante batalla que tendría repercusiones en la venidera guerra de la Triple Alianza. La ciudad de Paysandú se encontraba bajo el asedio de las fuerzas navales del Imperio de Brasil, que apoyaban al Partido Colorado de Venancio Flores, mientras el gobierno uruguayo y el Partido Blanco confiaban en la defensa de la ciudad.
El coronel Leandro Gómez lideraba las tropas de defensa de Paysandú, compuestas por cerca de 1500 hombres, entre ellos soldados de la Guardia Nacional, voluntarios y residentes de la ciudad. Pero los brasileños contaban con una flota de cinco buques de guerra y una fuerza militar de más de 1500 combatientes, además del apoyo de fuerzas argentinas.
El 3 de diciembre de 1864, el general Flores intimó a Gómez a rendirse, pero este respondió con determinación: "¡Cuando sucumba!". Y así fue, la ciudad resistió el asedio y Gómez adoptó una estrategia defensiva inteligente, estableciendo su base en la plaza central de Paysandú y defendiendo su posición con puntos fuertes en cada uno de los puntos cardinales. Armando trincheras de 3 metros de profundidad y reforzando las paredes con bolsas de arpillera repletas de arena para resistir mejor los disparos de cañón.
A pesar de contar con solo 9 cañones de calibres pequeños y pocas municiones, los defensores uruguayos se mantuvieron firmes y resistieron los intensos bombardeos de los buques de guerra brasileños que intentaban destruir su defensa. Los disparos de cañón resonaban por toda la ciudad, pero los uruguayos no se rindieron.
El 6 de diciembre de 1864, las tropas enemigas se unieron a las brasileñas que bajaron de los buques, y comenzaron a bombardear la ciudad con mayor intensidad. Los uruguayos resistieron ferozmente, repeliendo a los brasileños con disparos y causándoles muchas bajas.
Esa misma noche, luego del intenso intercambio de disparos, quedaron inutilizados todos los cañones de los defensores uruguayos. Además, su defensa quedó con muchos boquetes. Las tropas enemigas se retiraron con más de 600 bajas entre brasileños y uruguayos colorados, aunque otras fuentes señalan que fueron menos, alrededor de 200. A pesar de todas estas bajas, lograron acercarse a la plaza central ocupando la Jefatura de Policía y robarles valiosos recursos, como el ganado vacuno que hubiera servido de comida durante su resistencia.
El bombardeo continuó durante un día más y las tropas de Flores comenzaron a agotar sus municiones, por lo que enviaron un buque a Buenos Aires en busca de más suministros. Pero esto no impidió que dejaran un daño tremendo en la ciudad de Paysandú, destruyendo casi todos los edificios y dejando en ruinas las defensas uruguayas. La escasa artillería de los defensores apenas podía responder a los cañonazos brasileños.
A pesar de la difícil situación, el coronel Gómez ordenó racionar los alimentos dentro de Paysandú para aguantar unos días más. Entre los días 9 y 10 de diciembre, los capitanes de ambos bandos acordaron una tregua para permitir la evacuación de niños, mujeres y civiles a una isla en medio del río Uruguay. A esta isla se la llamó “La Caridad” por la asistencia que recibieron allí los refugiados.
El 11 de diciembre, Leandro Gómez fue ascendido a general por el gobierno de Montevideo y recibió refuerzos de 1500 soldados al mando del general Juan Saá. A pesar de la llegada de refuerzos, la situación seguía siendo crítica y la ciudad de Paysandú continuaba bajo el asedio de las fuerzas enemigas.
El 14 de diciembre, el gobierno uruguayo rompió relaciones definitivamente con el imperio del Brasil y decretó el estado de guerra. La situación en Paysandú seguía siendo tensa y las defensas uruguayas estaban debilitadas, pero la valentía y la resistencia de los defensores blancos no se detenían.
La respuesta de Flores
En respuesta a los refuerzos uruguayos, los atacantes recibieron más de 1.300 voluntarios de caballería al mando del general brasileño Antonio Souza Neto, aumentando las tropas atacantes.
El general Flores se enteró sobre los refuerzos que venían de Montevideo, y mandó a casi todos sus hombres, incluidos los recién llegados, a detener su avance. El 18 de diciembre los refuerzos de Saá fueron detenidos en el río Negro.
El 20 de diciembre, Gómez se enteró de que la mayoría de las tropas atacantes se fueron de la ciudad, así que no perdió tiempo, y aprovechó para atacar a las fuerzas restantes de Flores. Cerca de 500 defensores al mando del coronel Lucas Píriz lograron desalojarlos a todos y capturar sus víveres y municiones. Esta acción le valió a Piriz ser ascendido a general.
Luego de detener a los refuerzos, Flores decidió volver a Paysandú, llegando el 23 de diciembre. Durante todo ese tiempo los defensores blancos ganaron terreno y suministros, así que nuevamente estaban peleando contra los brasileños desde los buques.
El 25 de diciembre, plena Navidad, Flores volvió a ocupar con sus hombres los alrededores de Paysandú, con alrededor de 3.000 hombres, dejando arrinconados nuevamente a los defensores del general Gómez.
Hasta ese dia las fuerzas uruguayas defendían con la esperanza de recibir los refuerzos de Saá desde el sur, o los refuerzos provenientes desde Paraguay, al norte. Sin embargo, el 27 de diciembre, lo único que vieron llegar fueron 3 enormes columnas de soldados brasileños al mando del general Menna Barreto. Eran alrededor de 5.700 refuerzos y un montón de artillería nueva, con esto totalizaron 9.000 soldados sitiando la ciudad de Paysandú.
A pesar de ello no se rindieron, los defensores aguantaron fuertemente, con las pocas provisiones y municiones que tenían a disposición.
La caída de Paysandú
El 31 de diciembre los atacantes ejecutaron su asalto más grande, tras un feroz bombardeo contra la plaza que duró hasta las 9 de la mañana, los batallones atacantes avanzaron por tierra. Pero el terreno favorecía a los defensores, ya que para llegar debían cruzar por estrechas calles, lo que facilitaba la puntería de los defensores.
Sin embargo, pese a su heroica resistencia, la superioridad numérica de los brasileños y las tropas de Flores lograron que el frente avance, y para la tarde de ese mismo día ya se encontraban frente a las últimas líneas de resistencia uruguayas. Menna Barreto ordenó a sus tropas acercar los cañones para disparar con mayor puntería, lo que volvió la situación insostenible para los defensas uruguayos.
Luego de bombardear las posiciones defensivas y destruir casi todas sus trincheras, los atacantes creyeron que tenían la situación resuelta, así que se acercaron al asalto, cruzando las últimas trincheras en pie, donde combatieron cuerpo a cuerpo hasta terminar el día. Quedaban menos de 600 defensores entre sanos y heridos.
Los brasileños ocuparon la ciudad e izaron la bandera imperial en Paysandú, a pesar de que continuaron con combates dispersos, hasta que la falta de municiones obligó a las tropas de Gómez a rendirse.
Al día siguiente, 1 de enero, Gómez se encontraba escribiendo una nota de tregua al general Flores para enterrar a sus muertos. Sin embargo, un escuadrón brasileño rompió la tregua e ingresó al cuartel de Gómez de improviso, donde lo capturaron sin oponer resistencia, y luego lo fusilaron cobardemente.
De esta manera terminaba el asalto a Paysandú, el camino a Montevideo quedaba libre para las tropas brasileñas y los colorados de Flores.
Consecuencias de la batalla de Paysandú
Las tropas uruguayas defensoras de Paysandú tuvieron 600 muertos y otros 600 fueron tomados prisioneros. Por el lado de los atacantes, las fuentes más fiables indican 400 bajas para los hombres del general Flores y 600 de las tropas brasileñas.
La ciudad de Paysandú quedó totalmente destruida, las fuerzas del gobierno uruguayo blanco quedaron muy debilitadas mientras que los colorados de Venancio Flores avanzaron hasta rodear Montevideo. Ya en Montevideo durante febrero de 1865, el gobierno uruguayo del Partido Blanco decidió rendirse antes que arriesgar la integridad de la ciudad, Flores asumió el poder del país y las fuerzas imperiales del Brasil desfilaron victoriosas por la ciudad.
Como consecuencia de esta victoria, se consolidó la alianza entre el Imperio del Brasil y el general Venancio Flores junto con sus hombres del Partido Colorado. Y de aquí también nació la obligación uruguaya de apoyar logísticamente al Brasil en su guerra contra el Paraguay.