Francisco Solano López
18 de agosto de 2023
Francisco Solano López Carrillo, nacido el 24 de julio de 1827, fue un distinguido político, militar y estadista paraguayo. Su formación militar comenzó a una temprana edad, lo que posteriormente le permitió ejercer como el segundo presidente constitucional de Paraguay. Durante su mandato, desde el 16 de octubre de 1862 hasta su fallecimiento el 1 de marzo de 1870, sucedió en el cargo a su padre, Don Carlos Antonio López. A lo largo de su vida, compartió su existencia con su esposa, Elisa Lynch, y fue padre de varios hijos, entre ellos Panchito López.
Juventud del Mariscal López
Desde su juventud, Francisco Solano López fue instruido tanto en el ámbito político como en el militar. Su educación estuvo a cargo de eminentes maestros, entre ellos el argentino Juan Pedro Escalada, el sacerdote Miguel de Albornoz, Marco Antonio Maíz y el padre Bernardo Pares. Siendo hijo del presidente Carlos Antonio López, gozó de ciertos privilegios que le permitieron ampliar su horizonte y capacidades.
A la edad de 20 años, un encuentro crucial tuvo lugar en el Palacio de las Tullerías durante un baile organizado por Napoleón III: ahí conoció a Elisa Lynch. En ese momento, López estaba inmerso en una gira por Europa con objetivos claros: fortalecer sus habilidades militares, adquirir materiales para la creciente industria y ferrocarriles de Paraguay, y reclutar ingenieros y médicos que pudieran impulsar la economía nacional. Durante su estancia en Inglaterra, hizo significativas adquisiciones, como el armamento necesario para el ejército paraguayo y el buque Tacuarí.
A pesar de que Elisa Lynch seguía legalmente casada con Quatrefages en ese entonces, ambos se enamoraron. Juntos decidieron regresar al Paraguay, y en 1855, durante una parada en Buenos Aires, Elisa dio a luz a su primer hijo con López, Juan Francisco López Lynch.
La pareja, al establecerse en Asunción, enfrentó el estigma social de la época. La sociedad paraguaya, con fuertes valores tradicionales, desaprobaba tanto el divorcio como la idea de que el hijo del presidente tomara como esposa a una extranjera y divorciada. Esta resistencia cultural impidió que Elisa y López formalizaran su relación mediante el matrimonio, a pesar de sus evidentes intenciones.
Segundo presidente del Paraguay
Tras el fallecimiento del doctor José Gaspar Rodríguez de Francia, se produjo un periodo interino hasta que Carlos Antonio López Ynsfran, padre de Francisco, fue designado como su sucesor. En 1845, Carlos Antonio confió en la habilidad de su hijo y le otorgó el mando del Ejército Paraguayo.
Bajo este liderazgo militar, el joven Solano López enfrentó desafíos internacionales tempranamente. En medio de tensiones con las Provincias Unidas del Río de la Plata, lideradas por el General Juan Manuel de Rosas, Paraguay entró en conflicto. A pesar de su juventud, Solano López tuvo un papel activo en las operaciones sobre la provincia de Corrientes, aliado con las fuerzas del militar argentino José María Paz. Afortunadamente, el conflicto no escaló y las tropas paraguayas retornaron a su nación.
Después de regresar de una gira diplomática por Europa en 1855, su padre le confió a Francisco Solano la jefatura del Ministerio de Guerra y Marina. Esta posición le permitió supervisar y modernizar el Ejército Paraguayo, enfocando sus esfuerzos en infraestructuras clave como la fundición de hierro de Ybycuí y la Fortaleza de Humaitá.
El destino de Francisco Solano se consolidó aún más cuando, tras la muerte de su padre en 1862, fue nombrado vicepresidente de la República. Poco después, el 16 de octubre de ese mismo año, asumió como el segundo presidente constitucional de Paraguay, cargo que mantuvo hasta su muerte en 1870. Durante su mandato, presenció y lideró a Paraguay durante uno de los eventos más trágicos de su historia: la Guerra de la Triple Alianza.
Mariscal Presidente de los Ejércitos Paraguayos
En 1862, tras ser electo Presidente de la República con un mandato de diez años, Francisco Solano López fue ascendido a General de División. Un año después, en 1863, cuando se inició el conflicto uruguayo, López trabajó incansablemente para lograr una paz que beneficiara a todos. Sin embargo, sus esfuerzos se encontraron con la resistencia de Buenos Aires y el Imperio de Brasil, quienes ya tenían un pacto y rechazaron sus propuestas. Para muchos, la guerra parecía un destino "inevitable" hacia mediados de 1864.
Ese diciembre, como respuesta a la incursión brasileña en Uruguay, López desplegó una fuerza militar en Mato Grosso, territorio brasileño. Esta campaña resultó ser una victoria total para Paraguay, dejando a las tropas brasileñas devastadas no solo por el combate, sino también por las duras condiciones climáticas y las enfermedades. A través de esta operación, López logró un considerable botín de guerra y bloqueó la formación de una fuerza brasileña en el norte que pudiera lanzar un ataque sorpresa.
Para 1865, Buenos Aires, a pesar de sus afirmaciones de "neutralidad", aún permitía que las fuerzas brasileñas pasaran por su territorio para atacar a los aliados paraguayos en Uruguay. López, sospechando un acuerdo entre el presidente argentino Bartolomé Mitre y Brasil, buscó permiso para movilizar tropas hacia Uruguay. Mitre lo negó. Esta negativa se convirtió en el punto de no retorno para López.
En respuesta, López convocó al Congreso Nacional, donde se le otorgó el título de "Mariscal Presidente de todos los Ejércitos Paraguayos". Luego, declaró la guerra al Gobierno de Buenos Aires. Después de esto, organizó expediciones hacia Corrientes y Uruguayana, aunque no tuvieron éxito. El 1 de mayo de 1865, las naciones de Argentina, Brasil y Uruguay firmaron el Tratado Secreto de la Triple Alianza contra Paraguay, aunque este tratado solo se revelaría al público un año después.
Finalmente, el 8 de junio de 1865, cerca de las 5:30 p.m., López dejó su residencia en Asunción. Acompañado por su gabinete y altos funcionarios, entre ellos el vicepresidente Sánchez y varios ministros, se dirigió al muelle. A las siete de la tarde, el ahora mariscal presidente abordó el buque de guerra Tacuarí, dirigiéndose hacia la fortaleza de Humaitá y dejando atrás Asunción, que nunca volvería a ver.
Durante la guerra contra la Triple Alianza, Francisco Solano López hizo múltiples esfuerzos para lograr un acuerdo de paz. Uno de los intentos más destacados tuvo lugar en Yatayty Corá en septiembre de 1866, cuando el Mariscal López acudió a la reunión con Bartolomé Mitre, líder de las fuerzas aliadas, dispuesto incluso a "renunciar a su cargo si eso llevaba a la anulación del Tratado de la Triple Alianza". Sin embargo, esta propuesta fue desestimada por los aliados. A lo largo del conflicto, hubo varios otros intentos similares de llegar a un acuerdo de paz, pero todos fracasaron.
La muerte de Francisco Solano López
Durante la fase final de la guerra, las fuerzas imperiales del Brasil se encontraban persiguiendo sin descanso al Mariscal López para darle muerte, quien continuaba huyendo a través de la cordillera del Mbarakajú con un grupo reducido de soldados, mujeres y niños.
El 1° de marzo, las fuerzas paraguayas fueron sorprendentemente acorraladas por 4.500 soldados del Imperio de Brasil, liderados por el General Correia Da Cámara. Aunque los paraguayos, compuestos por hombres, mujeres y niños en lamentables condiciones debido al hambre y las enfermedades, resistieron con valentía, su capacidad de defensa se vio superada por la superioridad armamentística del enemigo.
Montado en su caballo, Solano López se enfrentó valientemente, pero fue gravemente herido en el vientre y en la cabeza por la caballería brasileña. A pesar de ser rescatado por oficiales paraguayos y trasladado hacia el arroyo Aquidabán, el Mariscal fue capturado por las tropas brasileñas, incluido el propio Correia Da Cámara, quien le pidió que se rindiera. Hay desacuerdo entre los historiadores sobre si López declaró: “Muero por mi patria, con la espada en la mano” o “Muero con mi patria, con la espada en la mano”. A pesar de sus palabras, el Mariscal fue ejecutado con un disparo que puso fin a su vida.
En este enfrentamiento murió el hijo del Mariscal, el Coronel Juan Francisco “Panchito” López, de apenas 15 años. Madame Elisa Alicia Lynch y sus hijos menores fueron capturados por las fuerzas brasileñas. Probablemente los brasileros hubiesen abusado de Madame Lynch, como hicieron con todas las demás mujeres paraguayas, pero gracias a que ella gritó "Soy inglesa", la dejaron en paz para evitar conflictos políticos. Sin embargo, tuvo la dolorosa tarea de enterrar a su esposo e hijo, cuyos cuerpos fueron profanados.
Con la muerte del Mariscal López, concluyó la devastadora Guerra de la Triple Alianza. Esta contienda le costó a Paraguay el 75% de su población (aunque algunas fuentes indican un número aún mayor), la destrucción de sus industrias, la desarticulación de su ejército, un retroceso significativo en su economía y educación, y la pérdida de vastos territorios en favor de Argentina y Brasil. El término de este conflicto marcó el inicio de una ardua etapa de reconstrucción para el país.